Wednesday, July 31, 2013

Encefalograma en blanco y negro. Primera Parte.

Basta de rodeos.

Durante toda mi vida he tratado de agradar a quien me era importante. Hasta ahora, el desfile de las personas de mi vida ha tenido en general un mal final. Los críticos la ridiculizarían. Siempre me he sentido así.
Considero que me he desvivido por la gente, obteniendo más palos que recompensas, mientras que yo siempre me he conformado con consumirme aceptando poca ayuda.

Para el que me conoce, sólo soy una chica joven y poco femenina, de humor enfermizo quizás, algo basta a veces, terriblemente sensible, terriblemente protestona, terriblemente histérica.
Pensándolo bien, no se aleja tanto de la realidad. He conseguido a hacer creer a unos tantos de que es simplemente así, sin más mundo interior a la vista.

No soy así. No del todo. A veces temo a mi cerebro, y tiemblo al pensar en dos conexiones distintas de lo que me gustaría ser y lo que soy. En Niflheilm solo hay cabida para lo macabro de uno mismo. A veces es reconfortable evadirse allí, donde nadie te mira y vagas entre retazos de niebla asfixiante. Empiezas a ver, empiezas a ver en un gigante espejo, cada día más grande y horrible.
Desde que tengo uso de razón ese espejo estuvo ahí, moldeando el pesimismo, la tristeza inexplicable, el llanto espontáneo, el odio y el asco hacia uno mismo.

Desde pequeña sentía una intensa obsesión hacia la muerte. Me recuerdo imaginando a mis personajes favoritos, de cualquier serie, inventando finales escabrosos. Lo más gracioso es que era el ser más miedoso, incapaz de dormir después de ver Mars Attack. Pero en mi mente nunca temía lo que me imaginaba, y me fascinaba con una belleza que aún sigo encontrando evidente.

Esto me lleva al kit de mi cuestión. Esa moda que se extiende día a día, donde ser desgraciado te hace más querido. Donde autolesionarse es un orgullo y el esqueleto visible bajo la piel un canon, me dirán que sigo la moda de lo oscuro, el gusto por las calaveras, las cruces invertidas y el negro. Que mi forma de pensar es lo que se lleva ahora.
Ojalá nunca en vuestra vida sintáis de veras que vuestro interior se pudre, que el mundo es gris lo mires como lo mires. Porque entonces sabréis lo que es tener apoyo y no sentirlo, intentar ser feliz, porque tu vida es mediocre y no te falta nada, y no poder.
Es el mundo de aquel que no se tiene en apenas de estima, de quien no pone su vida por encima de nadie, porque simplemente, no puede pensar de otra manera.
Agradeced lo que tenéis y luchad por lo que queréis. Yo llevo años intentándolo.

Sunday, July 7, 2013

Sueño Políticamente Incorrecto de una Noche de Verano.

Supongo que ahora, en el calor sofocante de una noche cualquiera, puedo volver. Hay siempre demasiado en mi cerebro, un torrente descontrolado que es imposible de ordenar, de clasificar. Niflheim me hace sentir tan perdida que no puedo ni imaginarme escribiendo aquí.

No es fácil escapar de allí, pero existe un método, quizás el más estúpido posible, según la mentalidad políticamente correcta. Es posible que distorsionen su significado para fines económicos, pues mi vía de escape no es más que un instrumento publicitario hoy en día: Soñar.

Suena estúpido, ¿no es cierto? Estúpido, típico y sensiblero. Pero de Niflheim no puedes largarte, Niflheim soy yo, pero eso no me impide ignorarlo.

A veces me imagino en medio de una calle larga e interminable, hacia las tres de la mañana, con una botella de indeterminado contenido en una mano, y una sustancia psicotrópica y humeante inundando mis pulmones y bailando entre mis dedos. No hay nadie que pueda romper la música de fondo, seguramente algún tipo de canción indie, tal vez ambiental, tal vez alguna balada antigua de un grupo de rock de los ochenta.
Pero no estoy sola. Hay gente a mi alrededor, borracha y drogada, riendo, lanzando papeleras por los aires, rompiendo los cristales de los coches y haciendo sonar las alarmas; pero me siento tan ajena al mundo que parece no estar ocurriendo. Y no lo está.

Mientras pienso todo esto, me siento bien. Incluso cuando la policía empieza a perseguirnos, cuando corremos hasta perderles de vista o no. Unas veces decido escapar y sentarme en un callejón, deslizarme por la pared, hasta que mi respiración se normalice. Otras me cogen, forcejeo y les insulto. Pero siempre me siento bien. Orgullosa de mí misma y lo que soy, de lo que hago y de cómo lo hago.

Sueño con golpear el mundo y todo lo moralmente correcto, lo que ellos dicen que es ahora la ética. Puede que sea una locura, vandalismo, inmadurez. Pero ni mis calificaciones ni la aprobación de la sociedad han conseguido hasta ahora saciarme. Y el hecho de hacer lo que ellos no quieren que haga, me produce demasiada satisfacción como para avergonzarme por ello.

Sueño con quererme día a día, noche tras noche, con mirarme al espejo y aceptarme por ser Yo.
Pero por ahora, tal y como ya he dicho, parece ser solo un sueño.

Saturday, March 30, 2013

Welcome to Niflheim.

Según Wikipedia (Maestro intelectual artificial contemporáneo) Niflheim se define de la siguiente manera:

<<Niflheim (también escrito 'Niflheimr' o 'Nifelheim', «Hogar de la niebla»), en la mitología nórdica, es el reino de la oscuridad y de las tinieblas, envuelto por una niebla perpetua. En él habita el dragón Níðhöggr que roe sin cesar las raíces del fresno perenne Yggdrasil. Después del Ragnarök el dragón se dedicará a atormentar las almas que queden en el mundo.>>

Según el libro "La Magia de las Runas" de Donald Tyson: "Por debajo de Midgard - que correspondería al mundo de los hombres - se encontraba la región de los muertos, Niflheim (el mundo de la niebla)"

Supongo que es una forma peculiar de definir el Mundo y aquello que habita en nuestro interior. Supongo que mi Niflheim es un todo compuesto por aquello que me rodea, y aquello que me compone. Una síntesis caótica de elementos internos y externos, de espíritu y materia. Mi infierno personal, del que, al fin y al cabo debo sobrevivir cada día.

A veces podría afirmar que se muestra incluso amable, me brinda una tregua y detiene los tormentos. En eso consiste la vida. Un velo de felicidad que oculta la crueldad, que a veces está, que a veces vuela y no vuelve en mucho tiempo.

Para desprenderme de la carga de mi Niflheim personal, supongo que me veo obligada escribir. Mentiría si dijese que nunca lo he intentado antes, y mentiría también si declarase no haber abandonado nunca mi propósito. Mi mentalidad es cambiante y se define en mis actos.
No sé, por tanto, cuánto durará esto, qué sentiré cada vez que me digne a escribir unas cuántas palabras, tampoco cuáles serán. Dejemos que la corriente de pensamiento fluya sola, y no la obliguemos a centrarse en nada. No censuremos aquello que deseamos gritar.

Al fin y al cabo, ¿a quién le importa?